Escitalopram
LEXAPRO se clasifica bajo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y se aplica para tratar afecciones como la depresión y el trastorno de ansiedad generalizada.
SKU: 146
| Lexapro 5 mg (Extra Low Dosage) | |||
| PAQUETE | AHORROS | PRECIO | ORDEN |
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60
pastillas
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$0.00 $0.70 Para la píldora |
$42.06 | |
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90
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$48.60 | |
| Lexapro 10 mg (Low Dosage) | |||
| PAQUETE | AHORROS | PRECIO | ORDEN |
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30
pastillas
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$0.00 $1.52 Para la píldora |
$45.61 | |
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60
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$16.04 $1.25 Para la píldora |
$75.17 | |
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$90.48 | |
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120
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$108.37 | |
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180
pastillas
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$151.82 | |
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270
pastillas
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$199.69 $0.78 Para la píldora |
$210.76 | |
| Lexapro 20 mg (Normal Dosage) | |||
| PAQUETE | AHORROS | PRECIO | ORDEN |
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30
pastillas
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$0.00 $2.11 Para la píldora |
$63.32 | |
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60
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$15.47 $1.85 Para la píldora |
$111.17 | |
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90
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$44.21 $1.62 Para la píldora |
$145.74 | |
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120
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$79.41 $1.45 Para la píldora |
$173.86 | |
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180
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$136.36 $1.35 Para la píldora |
$243.54 | |
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270
pastillas
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$231.74 $1.25 Para la píldora |
$338.11 | |
(en español)
Lexapro, cuyo principio activo es el escitalopram, es uno de los antidepresivos más prescritos a nivel mundial y una de las opciones de primera línea para el tratamiento de la depresión mayor y los trastornos de ansiedad. Pertenece a la familia de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), medicamentos diseñados para aumentar la disponibilidad de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor clave para regular el bienestar emocional, la estabilidad anímica y la respuesta al estrés.
A diferencia de otros ISRS más antiguos, el escitalopram es considerado uno de los compuestos más puros y selectivos, lo que significa que actúa casi exclusivamente sobre los transportadores de serotonina sin interactuar de forma significativa con otros receptores neurológicos. Esta característica explica por qué muchos psiquiatras lo consideran un fármaco bien tolerado, con menos efectos secundarios y una eficacia especialmente destacada en síntomas como tristeza persistente, irritabilidad, ansiedad anticipatoria y crisis de pánico.
Una de las razones por las que Lexapro ha ganado tanta popularidad es su perfil de inicio de acción. Aunque, como todos los antidepresivos modernos, requiere entre 2 y 6 semanas para mostrar su máximo beneficio, muchos pacientes reportan mejoras iniciales en el sueño, el apetito y la ansiedad generalizada ya en los primeros 10–14 días de tratamiento. Esto puede marcar una diferencia importante en personas que llegan a consulta en estados de angustia profunda.
El escitalopram es utilizado principalmente para:
Depresión mayor
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
Trastorno de pánico
Fobia social
Trastorno obsesivo-compulsivo (en muchos países como uso off-label)
Estrés postraumático (según criterio médico)
Su alcance es amplio porque regula la serotonina de una forma más estable y gradual que otros fármacos, lo que ayuda a reducir pensamientos intrusivos, preocupaciones excesivas, sensación de amenaza constante y otros síntomas que suelen acompañar a la ansiedad crónica.
Las dosis habituales de Lexapro van de 5 mg a 20 mg diarios, administrados una única vez al día. En adolescentes, adultos jóvenes sensibles, personas de la tercera edad y pacientes con patologías hepáticas, se suelen recomendar dosis más bajas para minimizar posibles efectos adversos. En general, la tolerabilidad del escitalopram es una de sus mayores fortalezas; los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas leves, cambios en el sueño, disminución temporal de la libido o nerviosismo durante los primeros días. La mayoría desaparece en la segunda o tercera semana.
Un aspecto muy importante es que Lexapro no genera dependencia física, pero sí puede producir síntomas de discontinuación si se suspende de forma abrupta. Estos síntomas suelen ser leves —mareos, irritabilidad, sensaciones eléctricas— y evitables cuando la reducción se hace gradualmente bajo supervisión médica.
El medicamento se ha convertido en uno de los más utilizados en países como México, España, Argentina, Perú, Chile, Colombia y República Dominicana, donde tanto los psiquiatras como los médicos generales lo consideran una herramienta confiable para tratar afecciones psicológicas que afectan la vida cotidiana, la productividad, las relaciones personales y la capacidad de disfrutar.
Además de su acción farmacológica, Lexapro también puede facilitar los procesos terapéuticos. Muchos pacientes que se sienten paralizados por la ansiedad o la depresión encuentran que, tras estabilizarse con el medicamento, pueden aprovechar mejor la terapia cognitivo-conductual, realizar cambios en su estilo de vida, recuperar hábitos saludables y reconstruir estructuras emocionales dañadas. Esto muestra que los fármacos no sustituyen la psicoterapia, sino que pueden crear las condiciones necesarias para que esta funcione mejor.
Uno de los puntos fuertes del escitalopram es su impacto positivo en síntomas cognitivos: lentitud mental, dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos o incapacidad para planificar. Al estabilizar la serotonina, estos procesos mejoran, permitiendo que la persona recupere claridad mental y capacidad de tomar decisiones. De hecho, muchos pacientes lo describen como un “desempañador” de la mente.
Aunque Lexapro es muy seguro, no está libre de precauciones. No debe combinarse con ciertos medicamentos que aumentan la serotonina, como otros antidepresivos, triptanos, tramadol o suplementos como hierba de San Juan. También requiere cuidado en personas con antecedentes de arritmias, pues en dosis altas podría alterar el intervalo QT. Por eso es fundamental seguir indicaciones médicas y realizar chequeos si se considera necesario.
El impacto social del escitalopram es significativo. Gracias a su buena tolerancia, muchas personas que antes temían tratar su ansiedad o depresión ahora se animan a buscar ayuda. En comunidades hispanas, donde aún existe estigma en torno a la salud mental, Lexapro ha ayudado a abrir conversaciones más honestas sobre bienestar emocional y tratamiento.
En resumen, Lexapro es un antidepresivo moderno, efectivo y seguro que ha transformado la vida de millones de personas. Su acción precisa en la serotonina, su excelente tolerabilidad, sus efectos calmantes sobre la ansiedad y su capacidad para mejorar la claridad mental lo convierten en una herramienta terapéutica robusta y confiable. Como todo medicamento psiquiátrico, debe utilizarse bajo supervisión profesional, con seguimiento regular y una comprensión clara de sus efectos. Pero cuando se emplea adecuadamente, Lexapro puede marcar un punto de inflexión y devolver a la persona la estabilidad emocional, la serenidad y la capacidad de disfrutar la vida nuevamente.
(Usuarios latinoamericanos y españoles, 18–100 años)
“Llegué a Lexapro por recomendación de mi psiquiatra después de meses de ansiedad insoportable. Las primeras dos semanas fueron difíciles, pero luego la calma volvió. No me hace sentir distinta, solo menos atrapada en mis pensamientos.”
“Probé tres antidepresivos antes y ninguno me sirvió tanto como Lexapro. La ansiedad por fin dejó de dominar mis días. Ahora puedo trabajar sin sentir que algo terrible pasará.”
“Me sorprendió cómo mejoró mi concentración. Estaba muy dispersa y desmotivada, y Lexapro me dio claridad. Sigo siendo yo misma, solo más equilibrada.”
“Tuve ataques de pánico por meses. Con Lexapro, en un mes y medio dejaron de aparecer. Me siento más fuerte y puedo salir sola de nuevo.”
“Lo que más me gustó es que no me da sueño ni me altera. Solo me estabiliza. Puedo trabajar, manejar y dormir bien.”
“La depresión me tenía sin ganas de vivir. No esperaba que una pastilla ayudara tanto. Sigo en terapia, pero con Lexapro siento que puedo avanzar.”
“A mi edad pensé que ya nada iba a cambiar. Pero mis hijas insistieron. Lexapro me devolvió la paz. Duermo mejor y no me siento tan triste.”
“Me ayudó mucho con la rumiación mental. Antes mi cabeza no paraba, ahora puedo enfocarme en lo que importa.”
“Tenía miedo de tomar antidepresivos, pero este me cayó bien. Los efectos secundarios fueron leves y temporales. Mi ansiedad bajó muchísimo.”
“Después de perder a mi esposa, caí muy hondo. Lexapro me ayudó a salir del pozo. No borra el dolor, pero me permite seguir.”
“Me sirvió más para la ansiedad que para la depresión. Me calma, me baja las tensiones y puedo estudiar sin crisis.”
“La estabilidad emocional que me dio ha sido enorme. No tengo cambios bruscos de humor y puedo manejar mejor el estrés del trabajo.”
“Pensé que era demasiado joven para medicarme, pero Lexapro me ayudó justo cuando más lo necesitaba. Siento que recuperé mi vida social.”
“Mi médico me lo recetó para ansiedad generalizada. Al principio tuve insomnio leve, pero después todo mejoró. Ahora vivo más tranquila.”


